Tertulia sobre SEXUALIDAD Y EMOCIONES

Este post es una pequeña contribución a la tertulia que con ese título organiza el próximo día 19 de Octubre Mayte Saavedra ( Fundadora y Directora del Portal de Inteligencia Emocional) en el  Café La Ópera de Barcelona.
 
En la propuesta de temas con los que lo anuncia encuentro algunas cuestiones a las que intentaré dedicar algunas líneas:

 ¿Qué emociones afloran con la sexualidad?
¿Qué espacio ocupa el sexo en tu vida emocional?
¿Qué te gustaría compartir sobre la sexualidad?

Antes de nada he de decir que encontré a Mayte hace unos meses a través de su web e intercambiamos unos cuantos mails. Nos conocimos en Bilbao el día de mi cumpleaños de este año. Un encuentro breve, casi robado o furtivo, pero lleno de acierto. A veces arriesgar te sirve para ganar y desde aquí animo a conocer a Mayte porque verdaderamente vale la pena. Sin quererlo ni ella ni yo, se convirtió en mi regalo sorpresa.



Sexo, emoción y sentimientos

La sexualidad es un espacio de vivencias emocionales intensas. A bote pronto me vienen a la cabeza el deseo, la atracción, el amor, los celos, la satisfacción pero también la frustración, la tristeza, el rechazo, la soledad. Creo que la sexualidad es un ámbito de la vida en el que las emociones se manifiestan de manera mucho más clara, no solo por la intensidad que comentaba antes sino por la importancia creciente que le damos al sexo en nuestra sociedad.

Por otra parte y aunque parezca un juego de palabras me gustaría afirmar que la sexualidad nos deja desnudos también desde el punto de vista emocional. Nuestras necesidades, nuestras fantasías, nuestros gustos en interacción con nuestro modo de ser quedan reflejados entre las sábanas. Acariciar o ser acariciado, dominar o ser dominado, dar placer o recibirlo, buscar rápido el orgasmo o disfrutar de alargar el camino al éxtasis, son algunos de los muchos elementos que nos ubican en unas coordenadas concretas en la relación que establecemos con la pareja y el tipo de sexualidad que compartimos. En definitiva amamos y hacemos sexo tal y como somos como personas.


El sexo y el amor


Uno de los debates clásicos es de si es posible o mejor o más sano u otras disyuntivas más. Me sorprende aun el planteamiento de los problemas que solo admiten dos posturas pero eso es tema para otro post. A estas alturas, en pleno siglo XXI, es evidente que el sexo y el amor pueden no ir de la mano, lo cual no significa que esas relaciones no sean ricas en sentimientos. Tampoco descubro nada si afirmo que el sexo más satisfactorio es el que se  disfruta en el contexto del amor. Cuando la sexualidad es otro ámbito de desarrollo, crecimiento y disfrute en una relación de amor uno de los principales beneficios es el de la mejora o la consolidación de la autoestima.


Sexo sin amor

Observemos las situaciones en las que se produce el sexo sin amor, es decir cuando éste se produce en relaciones en las que es otra emoción la inspiradora del sexo. Me resulta evidente que aunque no haya amor el sexo conlleva una relación en la que se vuelcan emociones entre las personas que lo protagonizan. La búsqueda de aceptación, el dejarse llevar de la atracción sexual, un concepto más independiente de vida sentimental, la necesidad de compañía o de ternura pueden ser motivos que empujen a muchas personas a tener sexo sin amor. Fenómenos como los follaamigos, la prostitución, las infidelidades son algunos ejemplos de este tipo de relaciones. Desde un punto de vista estrictamente psicológico se trata de situaciones con un componente mucho más alto de riesgo para el equilibrio mental y emocional de las personas.

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