La noche del 3 de agosto, o la técnica del ¿y si...?

La noche del 3 de agosto...
Leyendo el cómic “La noche del 3 de agosto” (1990) de la serie “XIII” de Jean Van Hamme (guión) y William Vance (ilustraciones) me he quedado pensativo con la historia de un personaje secundario, Zeke Hathaway. Hace casi 20 años atrás, una noche de un 3 de agosto, tuvo lugar un suceso decisivo en su vida. Ante él ocurrieron ciertos sucesos y él no dio una respuesta de la que se ha sentido nunca orgulloso. Durante casi 20 años ha arrastrado culpas, remordimientos y pesadas consecuencias. Una frase de su diario manuscrito me parece cargada de fuerza emocional: “Y todo esto se paralizó brutalmente una maldita noche de verano. Mientras viva, no olvidaré jamás esa noche: era el 3 de agosto…”

Recomendamos la lectura de la maravillosa serie de cómics “XIII”, pero si alguien esta interesado en leer sólo este episodio será mejor que lea también el anterior, “El informe Jason Fly”, para entender mejor la trama.

De la mano de esta historia, que no queremos destripar para posibles lectores, mi imaginación voló a esos momentos de mi propio pasado en los que tomé decisiones que siempre he pensado que no fueron las mejores. Me retrotrae a un momento que a menudo recuerdo con fuerza, un punto de mi juventud en que un “no”, debería haber sido un “sí”, y siempre me pregunto cómo habrían ido las cosas de haber seguido el otro camino. 
Tecnicas con cómic
Tenemos la sensación que todos conservamos en nuestra memoria algún momento en los que nos encontramos ante la elección de dos caminos, allí donde decidimos pero luego continuamos, ya para siempre cargados de sentimientos y preguntas con respecto a que habría pasado de elegir el otro.

De esta manera queremos hoy proponer una técnica sacada del libro de Gianni Rodari “Gramática de la fantasía. Este pedagogo, periodista y escritor de literatura infantil, en dicha obra que está subtitulada como “Introducción al arte de inventar historias”, trata de investigar las "constantes" de los mecanismos de la fantasía, las leyes de la invención que aún no habían sido formuladas, para ponerlas a disposición de cualquiera. Aquí nos presenta la técnica de las «hipótesis fantásticas» cuya simplísima fórmula es aplicar la pregunta: “¿Qué pasaría si...?”, o en el caso que nos ocupa, hablando de pasado: “¿Qué habría pasado si…?”

Rodari con esta técnica propone unir dos situaciones inconexas para investigar y crear nuevos acontecimientos narrativos, para imaginar reacciones de personas diversas ante la extraordinaria novedad, imaginar accidentes de todo género que se provocarían, las discusiones que surgirían.

Gianni Rodari
Y nosotros aquí recuperamos esta técnica como un ejercicio de construcción fantástica de lo que podría haber sido en nuestra propia vida. Se trata de buscar un punto importante en el pasado donde una decisión podría haber cambiado todo el camino recorrido. Se trata de volver a esos puntos del pasado que aún hoy recordamos significativamente para imaginar qué habría ocurrido si la respuesta dada hubiera sido otra, si el desvío cogido hubiera sido el otro… Y desde ese punto de giro, cómo se habrían desarrollado las cosas, a dónde habríamos llegado, qué sueños se habrían cumplido y qué dificultades habríamos encontrado, que personas habríamos conocido y qué relaciones establecido… Abrimos una ventana a un infinito paisaje donde imaginar otros caminos recorridos en nuestra vida. Con una sonrisa podemos fantasear cómo algunos sueños se cumplen.

Por supuesto hay quienes con un toque escéptico nos dirán que esto son solo hipótesis irreales y que no nos llevarán a ningún sitio. Sin embargo el poeta y filosofo alemán Novalis escribió que “las hipótesis son redes: tú tiras la red y alguna cosa consigues tarde o temprano.” Es así como entendemos el uso de esta técnica, como una tarde junto al mar pescando: se trata de disfrutar de la tarde, y si finalmente pescas algo y te lo puedes comer, pues mejor. El juego de hipótesis y fantasías nos puede traer algún descubrimiento excepcional que nos de pistas sobre lo que hoy día nos puede repercutir positivamente. Puede sacar a la superficie imprevistas sugerencias, deseos olvidados, sueños incumplidos, que desde nuestras potencialidades presentes son fáciles de realizar. Lo imposible quedará como imposible o improbable, no cambiará, aunque tal vez en el juego del “¿Y si…?” nos arranque alguna sonrisa distanciada. Pero también puede ser que descubramos o recordemos pequeños objetivos enraizados en nuestros profundos deseos y sueños, que son de fácil cumplimiento hoy y alta satisfacción.
Técnica "¿y si...?"

Llevando esta técnica un poco más lejos, proponemos algo que nos puede aportar mucho y que está más cercano al cuento. Rodari escribía cuentos. Sería que nos imaginemos también los nuevos problemas que encontraríamos y cómo los solucionaríamos. Todo cuento es más interesante si el protagonista debe superar pruebas y problemas.

Queda así sobre la mesa y sobre los espacios de talleres esta técnica y propuesta de para reescribir con fantasía nuestra historia personal, hacerla un cuento con final feliz del que aprender para nuestra vida real hoy.


Y es muy probable
que si el error cierra una puerta

es para que otra quede abierta
de par en par.


Luis Eduardo Aute
Autor:

Comentarios

  1. Ai, Rodari de mis entretelas!!!!!!!!!!!!!
    Me enamoraron sus propuestas hace años y aquí sigo...enamorada.

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