Lo que soy capaz de ver del futuro

Lo que veo del fututo
No soy de adivinaciones ni de suposiciones. Más bien de pruebas y hechos. Pero charlando el sábado con dos jóvenes sobre su futuro me he dado cuenta de que soy capaz de ver elementos de un futuro que, tal vez porque ya está aquí, nos deja ver alguna de sus características.

Ellos, estudiantes de bachillerato, hablaban de carreras universitarias, de medias, de acceso a estudios que les permitieran encontrar un trabajo vinculado con sus gustos y con un buen sueldo. Cuando hace 30 años yo tenía su edad el planteamiento era semejante. Entonces resulto no ser correcto aunque por suerte, o por intuición, yo acerté. Estudié psicología después de una serie de peripecias dignas de un post. Pero de mi promoción de 150 alumnos creo que tal vez no llegue al 10% los que hoy se ganan la vida con sus estudios. Es decir el 90% vivimos, yo entre ellos, de otra ocupación diferente a la que nos habilitaba la carrera que elegimos. Tal vez en otras carreras los porcentajes no sean tan llamativos pero de hecho fuimos parte de una generación en la que, a poco que se pudiese, un estudiante terminaba llegando a la universidad.

Hoy mi vida laboral es múltiples. Tengo un trabajo que me da el sustento que necesito para mi familia. Pero además tengo otras actividades complementarias que me aportan menos ingresos pero muchas otras cosas. Creo que el futuro va más por aquí. Creo que se va a parecer más a lo que vivo ahora. Es decir, habrá una ocupación laboral dirigida a la sostenibilidad que en cada momento la persona necesite; y habrá otra de creación de valor que pueda permitir crecer como personas y, por ende, aspirar a otro tipo de trabajos.

Me parece evidente que el trabajo no cualificado va a ser sustituido por máquinas en pocas décadas (al menos en las economías avanzadas) siempre que resulte más barato que emplear a personas, por supuesto. Por eso las personas tendremos que ofrecer al mercado laboral, y a la comunidad, elementos que aporten un plus que las máquinas no puedan hacer. 

Además creo que hay otros dos factores que van a ser claves. Uno lo estoy viviendo ya. Se trata de la colaboración, la generación de redes de apoyo, de intercambio de conocimientos o de servicios. El valor de lo que hago se multiplica cuando, a veces, colaboro con otros para generar algo mayor. La red va a jugar un papel estelar en este sentido. La competitividad va a centrarse en la capacidad de generar más y mejores colaboraciones, ¿qué paradoja, verdad?

Futuro

El otro factor es el decrecimiento. Me parece que es inviable que cada ciudadano tenga todo de todo. Es más sostenible compartir usos en vivienda, cuidados, trabajo o en transporte, por ejemplo. No parece viable que todos sigamos creciendo económicamente, salvo que aceptemos que solo algunos podrán hacerlo y beneficiarse de ello.

Es decir, veo un futuro en el que los que apuesten por su vocación, por cierta gratuidad colaborativa y un uso compartido de ciertos recursos lograrán mayores niveles de bienestar. Un futuro en el que haya un nuevo equilibrio entre los distintos bienestares humanos en el que el material va a tener que ceder terreno al físico, al social, al emocional y al vocacional.

Comentarios

  1. Así es Pablo... Pero hay algo que a mi me preocupa. ¡Que le pasa a esta juventud...! Lo tiene todo (algunos), y el día que faltemos aquellos que arrimamos ese mendrugo de historia tanto económica con social, que nos implicamos en ser... y en luchar contra los que, se las dan de justos y amasan fortunas a costa de los desheredados, se serien de nosotros... son intocable que, hasta a los jueces los expulsan de sus trabajos por decir la verdad. Alguien dijo "que la verdad nos haría libres..." Yo lo comparto y veo que es verdad... Aquí estamos de paso, pero me iré con la cabeza alta y el corazón estrujado y sereno.
    El día que las maquinas ocupen el lugar del ser humano. ¡Que ocurrirá...!, nadie quiere pensar... solo pensar lo que se avecina. Los ricos son mas ricos y en mas cantidad y los pobres y los niños y los enfermos... dejan de respirar en los pasillos, por falta de humanidad. yo me quedo con el polvo de los caminos que será mi próxima morada y espero que me pisoteen las aves del bosque, las hormigas y la cigarra.
    El furo es muy incierto, pero parece que en este país no pasa nada... cuando casi 3 millones de niños están al borde de la pobreza y no pueden ni siquiera comer algo caliente en sus casas... -Si es que tienen casa...- ese es el precio que pagamos por quedarnos en casa sentados viendo como nos comen el tarro, a los que vivimos en esta sociedad, sin valores que llevarse al corazón.

    un abrazo

    antonio

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