Apertura emocional para la innovación

Apertura emocional para innovar
La innovación y la creatividad son valores en alza. Es evidente que el cambio rápido es una de las características del tiempo que vivimos, pero también se ha hecho moda. Pocos reparan en que todos estos procesos muchas veces están relacionados con la convivencia con paradojas e incoherencias. Desde el punto de vista emocional innovar tiene que ver con lo que uno guarda de lo que ha vivido, de lo que ha perdido y de lo que le empuja a vivir y experimentar más. Encuentro un cierto paralelismo con los recuerdos que conforman nuestra identidad pero que a la vez se desarrollad alejándose de éstos. Lo veo como un juego en el que para abrir una nueva puerta hay que saber cerrar la anterior y, a la vez, dejarla un poco abierta.

No hace mucho, en el Global Innovation Day, se decía que si no duele no es innovación, como los que sostienen que la verdadera solidaridad tiene que ver con dar de lo que no te sobra, de lo que te hace falta. Innovar más, aunque también en la creación, hay un punto de dolor, de frustración que nos vuelve a situar ante su componente emocional.


Lo primero sería indicar que nos planteamos el problema en busca de una solución en concreto. Nos interesa encontrar una vía de acceso por la que podamos entrenar al individuo para encontrar soluciones nuevas, un método de trabajo que genere ese estado imprescindible para producir proyectos nuevos, ideas que hagan avanzar a la comunidad.




La apertura como un estado y como una actitud.


Confianza para innovar
Estar abierto es una descripción de estado en el que una persona siente que está preparada para realizar cambios, para plantearse nuevas opciones, para tomar ciertos riesgos fuera de los espacios conocidos y/o seguros. Pero más allá de esto habría que entender también la apertura como una actitud, como una predisposición hacia lo novedoso y hacia el cambio, como una tendencia vital a seleccionar aquellos estímulos de nuestro entorno que facilitan esos cambios deseados. Es importante estar abierto pero mucho más serlo, incorporar ese valor, esa tendencia en el repertorio conductual de cada individuo.




¿Qué hace falta para estar abierto?


Hay muchos factores que facilitan la apertura pero algunos de ellos no son los más indicados para el trabajo que nos proponemos. Un ejemplo podría ser el hecho de encontrarse en una situación límite en la que no hay nada que perder o no hay más salida que la búsqueda de nuevas opciones. ¿Así pues qué factores podemos entender que definen un estado de apertura vital como la que deseamos?:


1) Tener confianza. En uno mismo, en sus capacidades, en su suerte, en el entorno, en el equipo de trabajo, en el apoyo. Se trata de una perspectiva optimista basada sobre la experiencia de seguridad. En este factor me gustaría señalar algunos aspectos.
  • Encontrarse cómodo en situaciones imprevistas, complejas, novedosas, delicadas, inseguras. Se trata de que la confianza se ponga de manifiesto en realidades que no favorezcan la misma.
  • Los contextos en los que no hay juicios generan espacios de interacciones nuevas. Poder dejar papeles, roles, poder realizar tareas y funciones no habituales permite explorar espacios personales desconocidos en los que hallar nuevos valores, nuevas ideas, nuevas habilidades, nuevas ilusiones.
  • No temer equivocarse. La toma de consciencia de que se es capaz de adoptar las mejores decisiones posibles permite gestionar mucho mejor el riesgo de no acertar con lo emprendido.
4) Una autoestima positiva.
5) Experiencia de logro. El aprendizaje, como en cualquier otra experiencia vital, cumple un papel de facilitador, de prescritor de nueva conducta en base al signo de la misma.
6) Inquietud. Más allá de otros factores sentir la necesidad de buscar lleva a no conformarse. Y esta necesidad no está definida en negativo como algo molesto que uno debe satisfacer para equilibrarse personalmente, no, más bien lo coontrario. Se trata del placer de explorar mucho más allá de  la satisfacción de hallar.
7) Gusto por explorar, aventurero.





¿Cómo entrenar la apertura?

¿Quieres estar más abierto emocionalmente? Buenas noticias, se puede entrenar!!!!!

Prueba a hacer cosas distintas, acciones que te exijan enfrentarte a situaciones nuevas: trata con personas diversas, viaja a lugares desconocidos, aprende de culturas diferentes a la tuya, comparte actividades con personas de tu entorno que tengan edades distintas a la tuya. Disfruta, en general, del placer de explorar.

Desde el punto de vista emocional, cuida tus sueños, alimenta tus esperanzas, haz crecer tus ilusiones. En la combinación de todo esto encontrarás la energía para innovar. Siente dentro de ti el cambio que deseas encontrar. Y hazlo aprendiendo con lo errores o con la dificultades, tolerando el fracaso y manejando la frustración.

Piensa que los contextos desestructurados, los espacios sin juicio, sin pautas o indicaciones previas determinadas estimulan la apertura sensorial y cognitiva.

Y si nada de esto te resulta eficaz busca a alguien original, innovador. Ponte junto a él, síguelo y aprovecha el efecto que el modelado de su ejemplo pueda traerte.

En cualquier caso lo dificil de ser creativo e innovador consiste en ser escuchado, siendo círculo, en un mundo cuadrado



Inquietud para innovar
¿Qué te ayuda a ti a estar abierto?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Qué significa sentirse raro y/o extraño y cómo afrontarlo

El amor se riega todos los días

Besar a un desconocido, lo que no sabemos sobre nosotros mismos.