Predicar con el ejemplo tomando riesgos.

La vida es riesgo
Dicen que en casa del herrero cuchillo de palo. También hay una expresión que dice el cazador cazado. El lenguaje popular recoge muy bien las diferencias entre predicar y dar trigo. La lista creo que sería muy larga. En el fondo la cuestión tiene que ver con la coherencia, un pasito más allá de la honestidad.

Siempre me he presentado con mis dudas y con mis flancos abiertos con la idea de que todas la personas observen que también soy vulnerable. Más que un ejercicio de honestidad, o de trasparencia, se trata sencillamente de basar mis relaciones en la confianza que da la coherencia. Es muy importante saber qué puedo y qué no puedo aportarte. Las contradicciones y las paradojas son constantes compañeras de viaje. La cuestión es llevarlas con nosotros sin esconderlas, haciendo de nuestro esfuerzo por integrarlas un patrimonio adicional al de nuestro curriculum.

Y así, sin mucho más preámbulo, me presento para explicar que vuelvo a tomar un camino incierto, lleno de posibilidades, oportunidades y de riesgos. Después de 23 años como trabajador por cuenta ajena he pedido una excelencia para dedicarme plenamente a mi proyecto profesional como psicólogo. Imaginareis que he oído todo tipo de comentarios al respecto, ¡con la que está cayendo!, pero los que más me han importado han sido de respeto y de apoyo.

No tengo nada claro que mi vida pueda ser ejemplo para nadie, pero tal vez si lo sea cómo la vivo. Se lo que es sufrir por varios tipos de dolores diferentes, a veces, originados por mis decisiones y, otras, por la voluntad de los demás. La vida me ha pasado por encima un par de ocasiones y, la suerte, me ha hecho sobrevivir sin daños aparentes. También he disfrutado de momentos de plenitud, muchos, muy intensos. Ahora solo llega un cambio más ante el que me sitúo inquieto y alegre.

Predicando con el ejemplo de tomar riesgos
Acompañar a personas en psicoterapia me exige vivir la vida de un modo en el que el cambio forme parte de mi experiencia. Difícil se me antoja acompañar, pedir confianza en el cambio, si no acostumbro a tener que lidiar con esos problemas en mi propia cotidianidad. Navegar por los mares de la incertidumbre no requiere de mapas, de nada sirven en la niebla, sino de reflejos y confianza nacidos del conocimiento del terreno (en este caso el de la psicología de las personas) y de la experiencia de aventurero acostumbrado a avanzar sin brújula.


Hoy me veo como un predicador obligado por mis circunstancias y por las decisiones que tomo, algunas de las cuales tienen más trascendencia que otras. No es una pose, tiemblo ante lo incierto, pero mi paso es firme y eso lo pueden notar quienes cojan mi mano para que les acompañe en la aventura de cambiar.

Se que pase lo que pase sobreviviré a esta también, lo que no se es donde será el lugar al que vaya a llegar. De mientras solo lo sueño para que la ilusión y el esfuerzo guíen mis pasos mientras mis piernas tengan suficiente fuerza como para seguir avanzando hacia mi futuro deseado.


¿Qué riesgos tomas tu? ¿Predicas con el ejemplo?

Comentarios

  1. Goraaaaa pablete!!! Así me gusta...yo tengo muchas veces la misma sensación de estar vendiendo consejos...que para mi no tengo, como me acuso una vez nuestro común amigo fmtno...aunke no me acuerdo porke...pero la frasecita se me quedo grabada...pos eso, yo de momento seguiré siendo un mercenario al menos un tiempo mas...pero tu ejemplo es admirable, espero que te vaya reketebien...bexos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Qué significa sentirse raro y/o extraño y cómo afrontarlo

El amor se riega todos los días

Besar a un desconocido, lo que no sabemos sobre nosotros mismos.